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Alberto Mansueti
Comencemos describiendo catorce (14) rasgos típicos de un Gobierno socialista. Para que puedas identificarle. Para que entiendas qué es el socialismo. Esa es la Parte I. Luego la Parte II: ¿cómo se justifica? No hay argumentos en favor del socialismo; todos son en contra del capitalismo, y resulta que se han ido cayendo, uno tras otro; lo que hay son excusas. Concluyendo, la Parte III trae el remedio para acabar con la plaga, las Cinco Reformas: la ruta de entrada al capitalismo liberal.
Parte I: Qué es el socialismo
Cada vez que sube al poder un Gobierno socialista, mucha gente (tal vez tú mismo), dice “¡Esto no es socialismo!” Porque con la retórica de izquierda la gente se fabrica en su cabeza una imagen idealizada del socialismo: hay cosas “gratis” o muy baratas, hay “justicia y equidad”, incluso “decencia”, y “niños y niñas bien alimentados, vestidos y educados”, etc. Y como nada de esto se ve en un Gobierno socialista, la gente cree que “¡Esto no es socialismo!”
Porque en base a las canciones pegajosas de Silvio Rodríguez, y a las consignas sacadas de los libros de Galeano, la gente se imagina una fantasía, muy vaga y nebulosa, un reino de chocolate y caramelo que no existe ni ha existido en parte alguna. Hay que ponerla en la realidad. ¿Qué es el socialismo realmente? ¿Cómo se reconoce? A continuación: catorce (14) rasgos típicos de un Gobierno socialista. Para describirle. Para identificarle. ¡Para que entiendas: ESTO es socialismo!
1.- INSEGURIDAD, INJUSTICIA, INCOMUNICACIÓN. Un Gobierno socialista dice tener prioridades como “inclusión”, “igualdad”, “salud y educación gratis”, “redistribución de la riqueza”, etc. Por perseguir esta clase de quimeras, abandona o descuida las tres funciones estatales propias: policía, justicia y obras públicas. Así es como falla por lo básico: el crimen se desborda, y reina la inseguridad en calles y campos; los tribunales se hacen lentos y corruptos; y no hay suficientes vías de comunicación a los mercados.
2.- ALTO COSTO DE LA VIDA. No proveyendo el estado policía, justicia ni comunicaciones suficientes, los productores deben pagar muchos costos adicionales; así es como se elevan los precios de los bienes y servicios. Esta es la primera de las formas en las cuales el socialismo nos encarece la vida; las otras se ven en los puntos que siguen.
3.- INCAPACITACIÓN Y EMPOBRECIMIENTO. Un Gobierno socialista pretende cumplir hartas funciones, y para eso acumula harto dinero, y harto poder. A más dinero se te va en impuestos, menos dinero queda para ti. Y cada poder que te toma el Gobierno, es una libertad menos para ti. Así te haces pobre, y se te incapacita para concretar tus sueños y proyectos. Mientras tanto la burocracia aumenta y engorda; y como todo depende del Gobierno, todo se politiza, comenzando por el empleo público, que se hace empleo político.
4.- CORRUPCIÓN, DEPENDENCIA Y DEUDA. El Gobierno enorme, rico y poderoso, se corrompe, porque concentra demasiado poder y dinero en las mismas manos. Gobierno obeso no es Gobierno fuerte, y queda a merced de los “intereses especiales”. La corrupción cumple varias funciones en el socialismo: a la gente se le hace creer que por culpa de la corrupción y no del sistema es que los “planes sociales” no llegan o no alcanzan para todos; y a los políticos, las “denuncias anti-corrupción” les sirven para impulsarse en sus carreras, sacándose unos a otros de en medio, dada la pobreza de ideas y argumentos como para discutir. Mientras tanto, a ti el Presidente te dice que los planes sociales “te van a ayudar”, pero no te ayudan en realidad, y te hacen dependiente. Y un Gobierno tan gastador, se hace también dependiente del crédito; por eso su inmensa deuda, a pagar por tus hijos y tus nietos.
5.- SINDICATOS Y DESEMPLEO. En una democracia normal, los gremios tienen tres funciones legítimas: capacitar profesionalmente a sus afiliados, intermediar sin violencia en el mercado laboral (bolsas de trabajo), y ofertar seguridad social (cajas de previsión). Pero bajo el socialismo, a los sindicatos se les permite el uso de apremios y violencia, y así se hacen herramientas de presión y agitación política. En el poder, el socialismo les concede a los gremios todas sus exigencias, que siempre terminan pagando los contribuyentes en el caso de los empleados públicos, a través de más impuestos, y los consumidores en el de los del sector privado, a través de precios más elevados. Así sube cada vez más el costo de la vida. Y en todo caso, las ventajas sindicales pagan siempre con desempleo los que no consiguen trabajo porque no hay, dado lo costoso que se hace crear empleo que en estas condiciones.
6.- MERCANTILISMO E INFORMALIDAD. A las empresas amigas el Gobierno socialista les concede monopolios para “protegerlas” de la competencia; así los empresarios mercantilistas se hacen ricos con productos caros y de mala calidad. Más alto se pone el costo de la vida. A las demás empresas el Gobierno les impone infinidad de requisitos y penalidades que les impiden formalizarse, crecer y hacer capital; así las mantiene pequeñas y pobres, sirviendo al segmento más pobre del mercado.
7.- MAL CRÉDITO E INFLACIÓN. A los bancos el Gobierno les da el privilegio de conceder préstamos muy por sobre sus depósitos en caja; o sea: sin respaldo suficiente. Y en caso de insolvencia, les garantiza “rescate” por el Banco Central, que tiene el poder de imprimir billetes sin límite alguno, porque carecen de respaldo metálico. Por eso los bancos causan inflación de crédito, y el Banco Central causa inflación de dinero; y ambas inflaciones causan la de precios, mal que golpea a todos los agentes privados, pero más fuerte a los más pobres.
8.- “CONTROLES” Y DESABASTECIMIENTOS. A veces el Gobierno socialista se pone “duro”, y dice: “Para defender el bolsillo del pobre contra la carestía y la especulación”, vamos a decretar “controles de precios”. Así se castiga a todo comerciante, agricultor y empresario, recortando o suprimiendo su margen de ganancia, que es su incentivo. Así se reduce la oferta de bienes y servicios disponibles, y se causa la escasez, los desabastecimientos, las “colas” y los mercados “negros”.
9.- EXPROPIACIONES, ESTATIZACIONES. Cuando el socialismo se hace “duro”, también estatiza o re-estatiza empresas privadas. Ocho grandes males aquejan a la empresa estatal: A) mala administración e ineficiencia, B) producción mala y escasa, C) uso con fines políticos, D) altos costos, E) a veces pagados con subsidios, directos o indirectos, F) privilegios para los “amigos”, G) mucha oportunidad de corrupción, H) competencia desleal para la empresa privada, si hay subsidios para los precios, de lo contrario, injusta ventaja para la privada cuando la estatal fija un precio alto como parámetro dentro de su mercado.
10.- MALA EDUCACIÓN, CARA Y DISCRIMINATORIA. El estado es mal empresario; y también mal educador. Por eso quienquiera que puede, incluidos los jerarcas socialistas, paga por una mejor educación, privada, que tampoco es una maravilla, siendo el Gobierno quien decreta programas y planes de estudio, y elige los manuales y textos. El socialismo en todas partes hace de la “educación” una catequización en la doctrina marxista, o al menos en la religión del estatismo; y ese es su real interés en la enseñanza, no que los alumnos aprendan, eso no le preocupa, al contrario: mientras más burros, más dóciles. Pero así se hace una discriminación social muy fea: hay dos sectores en la educación, y el del estado, el socialista, es para los pobres; mientras el de los privados, el capitalista, es sólo para los ricos.
11.- IDEM ATENCIÓN MÉDICA Y JUBILACIONES. Es igual en la atención médica: la buena es la privada capitalista, para el rico, y la mala es la estatal socialista, para el pobre. El interés real del estado en la atención médica no es el adoctrinamiento de la población como en la enseñanza, sino su control, a través de campañas y “operativos de salud”, donde la gente es registrada, numerada y etiquetada como ganado, y enseñada a bajar la cabeza y obedecer. Similar es con las Jubilaciones, pero aquí hay otro elemento: la estafa de la pirámide financiera, que si la hace un particular es un delito, pero si la hace el estado es “justicia social”.
12.- MARXISMO CULTURAL. En economía, la izquierda ha sido y es un fracaso. Igual es en “salud y educación”, sus dos grandes banderas retóricas. Por eso el socialismo del s. XXI impulsa otras “causas”, por ej.: A) Feminismo, buscando la disolución del matrimonio y la familia, con miras a su abolición, para dejar al estado como el gran “proveedor” sustituto, marido de todas las mujeres y padre de todos los hijos. B) Indigenismo, decretando privilegios, cuotas y status especiales según razas, atentando así contra la igualdad de las personas, y fomentando el conflicto étnico. C) Ambientalismo, penalizando la minería y la industria, en vez de promover el único remedio eficaz contra la polución: contratos privados entre propietarios con derechos de propiedad bien definidos legalmente; y extensión masiva de la propiedad privada, hoy en pocas manos.
13.- PAROS, HUELGAS Y CONFLICTOS PERMANENTES. Por su principio “dialéctico” el socialismo exacerba el antagonismo, en todas las esferas. La represión contra los mercados suprime la negociación en la economía, y hace que todo conflicto de intereses sea procesado a través de la política. Como el sindicalismo “expresa la lucha de clases”, así el feminismo expresa la lucha de sexos o “géneros”. A la juventud se manipula con promesas de “educación gratuita”, “derecho al primer empleo” etc., y se la lleva a la guerra de las generaciones, contra los mayores. Indigenismo y ambientalismo convierten al indígena y al medio ambiente (y los animales) en “víctimas”; y buscan al “culpable” para castigarlo.
14.- ANTIDEMOCRACIA o DEMOCRACIA PATOLÓGICA. Como las de intereses, las diferencias de opiniones también se procesan a través de la política, sin discusión racional. Porque la opinión pública es controlada mediante una prensa adocenada, siendo el estado el mayor anunciante, y el dueño de “licencias” temporales para los medios radioeléctricos. Y porque las leyes de los partidos políticos les someten a la voluntad de los funcionarios y no de sus afiliados, y así les hacen brazos del estado. Esto es lo que el Prof. brasileño Olavo de Carvalho llama “democracia patológica”: todas las opiniones y todos los partidos son de izquierda: las diferencias son por matices, porque lo que no es socialismo se sataniza. Así el gobierno siempre es de izquierda; ¿y la oposición? También.
¿Cómo sabemos cuándo un gobierno es más socialista que otro? Simple: medimos, como en cualquier test: ¿Qué tan socialistas son los Gobiernos de Maduro, Daniel Ortega, Raúl Castro, la Kirchner, Pepe Mujica, Evo? Revisamos todos los rasgos y contamos cuáles de ellos hay o no, y cuántos suman. Hagamos una escala, así: comunista o socialista radical y extremo: de 14 a 12; muy socialista: de 11 a 9; socialista “moderado”: de 8 a 6; poco socialista o “Neoliberal”: 5 o menos. Siempre sobre 14. ¿De acuerdo?
Siendo las únicas que hay, las diferencias por matices son las que cuentan a la hora de sustituir a un partido socialista por otro. Cuando a toda persona supuestamente “adulta” se le ha asustado con “el cuco” del capitalismo, y nadie hay que le haga escuchar la otra campana, la gente rechazará indignada cualquier oferta que siquiera de lejos se parezca a “derecha”, y preferirá socialismo. ¿Pero cuánto? Como no ve el socialismo como algo malo sino bueno, la inmensa mayoría preferirá “nada” de capitalismo y “mucho” de socialismo, por ej. que tenga suficiente “energía en la lucha anti-corrupción”, o sea: alguna forma dura o radical de izquierda. Sólo una minoría medianamente informada votará por un socialismo “moderado”.
Parte II: Cómo se justifica el socialismo
¿Cuáles son los argumentos en favor del socialismo? No sé si te diste cuenta, pero no los hay: todos los argumentos de los socialistas son contra el capitalismo. Y más que fallas económicas, lo que le achacan al capitalismo son supuestos defectos morales. De cualquier forma hay que ver esos argumentos, porque todos se han caído.
1.- EXPLOTACIÓN. En el siglo XIX, Marx y Engels acusaron al capitalismo y a las empresas capitalistas por explotar a sus trabajadores mediante una supuesta “plusvalía” que les era “extraída” (algo así como sacando sangre, tipo Drácula). Pero resulta que en Europa y EEUU, los empleados y trabajadores de las compañías capitalistas como Standard Oil, Shell, Ford, General Motors, General Electric, y muchas otras, no se hicieron cada vez más pobres, como anticipaba la sombría profecía de Marx, sino que salieron de la pobreza, y muchos prosperaron, en pocos años. Ese argumento contra el capitalismo se cayó.
2.- CRISIS. La manipulación del dinero por parte del banco central de EEUU causó la Gran Crisis del año ‘29; y como siempre los socialistas le echaron la culpa al capitalismo. Pero luego de la IIa. Guerra Mundial, los países vencidos abandonaron la economía planificada e hicieron reformas liberales, y así salieron enseguida de la crisis, el desempleo y la pobreza. Se cayó ese otro argumento.
3.- IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA. Entonces los profesores socialistas de La Sorbona y “expertos” de la Cepal, siguiendo a Lenin, acusaron al capitalismo de explotar mediante el “imperialismo” a los países del Tercer Mundo. Pero aquellos países más “dependientes” del comercio internacional, y más abiertos a la economía global, como Hong Kong, Singapur, Taiwan y Corea del Sur, salieron de la pobreza masiva, y se hicieron ricos, en pocos años. Se cayó también ese argumento.
4.- OPRESIÓN A LA JUVENTUD. Por eso en Mayo del ‘68 en París, y Berkeley en California, Herbert Marcuse y los marxistas culturales acusaron al capitalismo de “oprimir a los jóvenes”, a quienes llamaron a la rebelión. Pero después una pandillita de imberbes como Bill Gates y Steve Jobs, en Silicon Valley de la misma California, y ahora Mark Zuckerberg con Facebook, se hicieron multimillonarios antes de sus 40, sin pedir nada al Gobierno, sólo con el capitalismo.En los ’90, unas tímidas y muy parciales reformas “Neo-liberales”, todavía muy lejos del capitalismo neto, abrieron sin embargo ciertas oportunidades en algunos mercados de acciones y bonos, y fueron los jóvenes “yuppies” quienes más las aprovecharon, para ganar independencia. Se cayó ese argumento también.
5.- MACHISMO.- Arremetió la izquierda con el feminismo, acusando al capitalismo de “oprimir a la mujer”. Pero resulta que en China, India y América latina, pequeñas ventanas de un capitalismo incompleto se les abren a las personas en la economía informal, y quienes más aprovechan esas oportunidades para salir de abajo son las mujeres. A diferencias de las pobres féminas atrapadas en su crónica dependencia del insostenible Welfare State, que ahora implosiona, y se les cae encima a pedazos en Europa y EEUU.
6.- RACISMO.- Para colmo, la enorme mayoría de esas mujeres de la economía subterránea son indígenas de piel muy cobriza, al igual que sus padres, maridos, hermanos e hijos varones de su mismo color, así que a los socialistas tampoco les vale más su argumento indigenista y racista contra el capitalismo.
7.- DAÑO ECOLÓGICO. Acusan al capitalismo de “destruir el ambiente y extinguir la flora y la fauna”. Pero en algunos (pocos por ahora) lugares de África están ensayando con la propiedad privada como medio muy superior al estado para el cuidado y la preservación del medio ambiente y las especies, por la simple razón de que cada quien cuida mucho mejor lo que es suyo, y “lo que es de todos es de nadie”. Se visten de verde los rojos, y embisten contra los transgénicos y nos asustan con que “Monsanto y las multinacionales de alimentos nos envenenan”. Pero enseguida viene la confesión de Mark Lynas, un ex “verde” arrepentido, que dice: “Perdón! Les hemos estado mintiendo.”
Donde no hay argumentos, hay excusas, pretextos. Cuentos. ¿Cómo se justifica Gobierno socialista todos sus fracasos? Hay cinco cuentos básicos de las izquierdas, a saber:
1.- “ESTE PAÍS ES MUY DIFERENTE” Este cuento es para las elecciones. Dicen: “Este país (X, Y o Z, cualquiera) es muuuy diferente a los otros. Hay mucha pobreza, falta educación, no hay empleo, etc etc.. así que no se puede dejar todo librado a los mercados (‘los extremos son malos’). El estado se encargará de la economía, educación, salud, etc. ¿Socialismo? Aquí el socialismo va a ser muy distinto (bolivariano, martiano, sandinista, cristiano, democrático, bla bla bla..) ¡Inventaremos fórmulas propias, nuestras!” Así es como ellos dicen para ganar votos. Pero después, los que te prometieron un modelo diferente, te meten el socialismo, que en todas partes es exactamente igual y el mismo, porque no hay otro. Mismas recetas, mismos fracasos, sea en Cuba, Rusia, China, Yugoslavia, Zimbabwe o donde sea.
2.- “NO HAY PROBLEMAS; ¡ES QUE LA PRENSA MIENTE!” Con el socialismo ya en el poder, pasa el tiempo y los problemas se agravan: aumentan la pobreza, el desempleo, la criminalidad, la escasez, la carestía, la corrupción, etc… Ahí entra el cuento “Lo que dice la prensa de la derecha y el imperialismo es mentira. Lo que necesitamos es otro periodismo.. ¡Vamos a hacer una ley de prensa! (O a reformarla..)”
3.- “¡ESTO NO ES SOCIALISMO!”. Dicen: “Sí hay problemas pero esto no es socialismo! ¡Esto es pura derecha!” (Variante: “No es izquierda ni derecha!”)
4.- “¡LA CULPA ES DE LA DERECHA!” Dicen: “Sí hay problemas, porque estamos bajo el saboteo sistemático de la derecha y el imperialismo! Vamos a endurecer nuestras políticas!” Por supuesto “la derecha” no existe, así le llaman al socialismo menos radical. Y endurecen las políticas socialistas. Los que antes te dijeron que los extremos son malos, llevan el socialismo a sus extremos. Pasa más y más tiempo, tiempo, pero nada mejora y todo empeora.
5.- Entonces: “EL LIDERAZGO NO SIRVE; QUE VENGA OTRO.” Te dicen que “Los actuales dirigentes no sirven, los próximos que vengan tras las elecciones (o los del otro partido, tendencia o grupo socialista) sí van a ser unos capos!” Este cuento produce efectos de larga duración. Garantizado. Sobre todo si se combina con la incesante repetición del primero y el segundo.
Parte III: Las Cinco Reformas
Los socialistas no tienen argumentos, sólo pretextos; razón tenemos los liberales. Pero ellos tienen los votos. ¿Qué hacemos? Simple: ellos tienen los votos porque con tus impuestos, los míos, los de Edmundo y todo el mundo, juntan una enorme bola de billetes, hacen una inmensa inversión comunicacional, y por todos los medios de prensa y propaganda de sus redes de ONGs, sus grupos y “aparatos de fachada”, le embrujan el seso a la gente.. y le meten miedo. La creencia popular sobre “la derecha liberal” es que si llegamos al Gobierno vamos a comer niños, agredir mujeres, implantar una dictadura, someter a los disconformes, pegarle a la gente, matarla de hambre, etc. La única manera de sacarle esos miedos a la gente es lisa y llanamente hacer una lista de reformas y mostrarla. Así:
1.- REFORMA POLÍTICA, que ponga al Estado en su lugar. Esto es: que ponga a los Gobiernos a cargo de la seguridad, la administración de justicia y las obras públicas nada más, comenzando por las Alcaldías. A fin de contar con seguridad personal, reduciendo drásticamente la criminalidad, agilizando y adecentando la justicia; y a fin de tener un marco de seguridad jurídica para los contratos y relaciones comerciales. Y para tener carreteras, autopistas y otras vías de transporte en buenas condiciones de mantenimiento, y puentes, represas y canales de riego, centrales de energía y otras obras de infraestructura. Y que ponga esta reforma a los partidos en manos de la gente y no de los burócratas estatales.
2.- REFORMA ECONÓMICA, que saque a la empresa informal de la clandestinidad, y que obligue a la empresa formal a competir. Que a todos nos permita trabajar, ahorrar, contratar, e invertir, a fin de reducir los niveles generales de precios, y elevar los de salarios e ingresos reales. Bienes y servicios más económicos y de mejor calidad. Contando con moneda dura, en base metálica; y banca sana, solvente. Para producir mucho más riqueza, y más empleo. Con más y mejores oportunidades para todos, a fin de ganar más y vivir mejor.
Y TRES REFORMAS SOCIALES
3.- REFORMA EDUCATIVA, que termine con la actual discriminación con lo mejor para los ricos, el sector privado, y lo peor para los pobres, el sector público. ¿Cómo se hace? Por dos lados: A) por el lado de la oferta, empoderando a los maestros y profesores, con la entrega en propiedad de los centros docentes estatales; y B) por el lado de la demanda, empoderando a los estudiantes pobres con bonos, para pagar por su educación (reembolsables a los colegios). Y a todos, empoderando con la más absoluta libertad de elegir planes y programas de estudio, especialidades y carreras, temas y libros de texto etc.
Solamente la competencia trae la excelencia. Cada instituto docente podrá escoger la metodología y contenidos educativos que prefiera. Y cada padre o estudiante podrá escoger el instituto que prefiera, pagando con dinero si tiene, o con bonos si no tiene, lo cual nadie tendrá por qué saber. Para seleccionar a los estudiantes elegibles para bonos, visitadores de un Ministerio de Bienestar Social, egresados de la carrera de Trabajo Social, harán su labor específica: examinar y evaluar las condiciones de pobreza relativa en los hogares, en lugar de hacer agitación política revolucionaria.
4.- REFORMA DE LA ATENCIÓN MÉDICA, con iguales modalidades que la anterior: empoderando a los médicos, para médicos y enfermeras con la entrega en propiedad de los centros hospitalarios estatales; a los pacientes pobres con bonos para pagar por su atención médica (reembolsables a los institutos); y a todos con la más absoluta libertad de elegir. Los visitadores del MBS harán el trabajo de seleccionar a los enfermos, discapacitados y accidentados elegibles para bonos por su condición de pobreza relativa.
5.- REFORMA DE LAS JUBILACIONES Y PENSIONES, lo mismo que en las dos reformas anteriores: empoderando a los empleados y trabajadores con la propiedad del Seguro Social; a los asegurables pobres con bonos para comprar pólizas en las aseguradoras (reembolsables); y a todos con absoluta libertad de elegir. Análogamente a las dos reformas anteriores, en base a los informes de los visitadores del MBS harán el trabajo de seleccionar a los empleados, desempleados o retirados elegibles para bonos por su condición de pobreza relativa.
Precondición para efectivizar las reformas es derogar todas las leyes malas, ninguna otra. Y condición necesaria para el éxito: que las Cinco Reformas sean inmediatas y simultáneas. Porque las cinco son todas complementarias unas de otras: ninguna puede funcionar sin las otras. La idea general las tres reformas sociales es apoyar a los más pobres en la transición, mientras vayan dejando de ser pobres y prosperando, en virtud de las dos primeras reformas, cuya finalidad es pasar a un sistema de capitalismo “liberal”.
“Liberal” significa “beneficios del capitalismo para todos”, y no para un pequeño grupo. Es crear riqueza produciendo abundancia de bienes y servicios de calidad y económicos, y a un tiempo participando de esa riqueza a través de un buen nivel de sueldos, salarios, arrendamientos y otros ingresos por factores de producción, disfrutando todos de mucho mayor prosperidad. Con dignidad, justicia y libertad.
Los institutos liberales hasta el cansancio enumeran y repiten las ventajas del libre mercado, pero la gente no cree, porque un “think-tank” no es un partido, ni sus líderes son candidatos. Sus voceros son presentados por las izquierdas como “defensores del capitalismo” y descartados como “derechistas” sin más trámite. Esta es tarea de partidos que digan: “Sí se puede: vota por nosotros!” y prediquen con el ejemplo. Que no sólo denuncien las lacras del socialismo, destapen su desnudez argumental y muestren la bobería de sus pretextos, sino que muestren cuáles reformas en concreto componen su Plan de Acción, y cuáles van a ser sus modos operativos y resultados a obtener. Asumiendo la defensa del “capitalismo”, para quitar toda connotación letal a la palabra. Y que también se identifiquen con la palabra “derecha”, por la misma razón. Nada más que las expliquen. Sin miedo.
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