Hasta entrado el s. XX, ir a la Iglesia los domingos era costumbre extendida en el norte de Europa y EEUU. Pero los sermones y las lecciones de la Escuela Dominical se asentaban en la Biblia entera, en la cosmovisión bíblica, y no en un pasaje fuera de contexto, como coartada para decir cualquier cosa, como es muchas veces ahora. Porque también era costumbre familiar leer la Biblia en casa a diario, empaparse de esa cosmovisión, y revisar las predicaciones de los oradores.
Sobre todo en el campo, después del trabajo, la familia reunida repasaba los pasajes y episodios, comentaba sus enseñanzas, y las relacionaba con su circunstancia cotidiana, y con el más amplio contexto social y nacional, y aún mundial. Cuando esa costumbre se perdió, el intervencionismo gubernamental y el socialismo irrumpieron por doquier. No es casualidad.
¿Cómo es la cosmovisión bíblica? Es una visión completa de la realidad entera, sobrenatural y también natural. Incluye a Dios y al hombre, al pecado humano y a la Redención, a la vida sobre la tierra y su sentido. Y también a la familia, la sociedad, la educación, la justicia, el dinero, la economía y el Gobierno, y temas relacionados. En cuanto a las realidades sobrenaturales aludidas en la Biblia, las distintas iglesias cristianas siempre han tenido ciertas diferencias de interpretación --allende el cuerpo básico de creencias comunes-- dependiendo de sus opiniones teológicas. Pero sobre la perspectiva bíblica de las realidades naturales --la sociedad, la familia y el Gobierno civil-- poca disensión había. Además son cosas de este mundo que todos podemos ver, y comprobar por la experiencia si lo que dice la Biblia es o no es verdad.
Estaba claro que la Biblia prescribe no sólo la propiedad privada, sino el carácter privado de instituciones y “esferas” sociales como la familia, la educación, la empresa y la Iglesia. Y por tanto, el carácter limitado del Gobierno --en funciones, poderes y recursos-- y la separación estricta de lo privado y lo público. Y estaba claro --Romanos 13-- que todos debemos respeto y acatamiento a una autoridad o régimen político dentro de estos límites; pero también que si un gobierno o sistema gubernativo los excedía, traspasando abusivamente esas fronteras, los cristianos debemos “obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29)
Después todo cambió. Sobre todo desde la Gran Guerra de 1914-18, mil formas de intervención estatal en la vida privada se hicieron habituales y corrientes en todo el mundo. Aparentemente estaban justificadas por las noveles “ciencias sociales”, convertidas en la autoridad última, muy por encima de la Biblia, desacreditada por el darwinismo. Sociedades libres bajo Gobiernos limitados quedaron cada vez menos, y así se hizo muy difícil comparar resultados, sin contar que algunas injerencias gubernamentales eran complicadas y de poca visibilidad. La Biblia fue reinterpretada, y el estatismo y el dirigismo gubernativo prevalecieron, hasta el día de hoy.
¿Qué dice el Antiguo Testamento?
Los cinco primeros libros establecen leyes civiles y comerciales, penales y de procedimiento, y reglas constitucionales; son La Torah (La Ley). Y para aplicarlas, un Gobierno, pero limitado a tres fines: defensa y seguridad, administración judicial, y contratación de obras públicas. Las autoridades civiles o “Jueces” están separadas del sacerdocio y del culto, y de la vida privada en general, pues carecen de atribuciones en educación, economía, ejercicio de profesiones (p. ej. medicina), y desde luego en “asistencia social” (la caridad es para los particulares). Y los demás libros bíblicos narran las calamidades que ocurrieron al pueblo de Israel por alejarse de esa pauta, dejando muy claro que así es el Gobierno como Dios manda.
Siendo el Antiguo Testamento la Biblia de los judíos y a la vez la de Jesús, cabe hablar de “tradición judeocristiana”, de la cual este modelo político era parte importante. Y es más: la autoridad de la Torah es reconocida incluso entre los musulmanes; eso explica p. ej. que en Turquía, un país donde el islamismo no es pretexto para el socialismo y el terrorismo, hubo muchos gobiernos liberales, laicos y poco entrometidos en la economía.
Jesús predicó en el Sermón del Monte sobre la validez e integridad de los mandatos de la Escritura “hasta la jota y la tilde más pequeñas” (Mateo 5), aludía al Antiguo Testamento. El Nuevo no existía entonces, ni cuando Pablo (s. I dC) escribió a Timoteo que no sólo una parte sino “toda la Escritura” es inspirada por Dios, “y útil para enseñar, redargüir, corregir, y para instruir en justicia” (II Timoteo 3:16). E “instruir en justicia” quiere decir eso mismo y no otra cosa: las literales son las interpretaciones que caben en los pasajes sobre asuntos de esta vida y este mundo, p. ej. sistemas políticos. Y como enseñaron los autores cristianos de los primeros siglos en Oriente y de Occidente, la Revelación es una sola e íntegra, y las Escrituras hebreas y griegas se explican e interpretan unas a otras.
1) El “Éxodo” o La Salida del despotismo y la servidumbre en Egipto fue entre 1290 y 1250 a.C. Conducidos por Moisés en el desierto, los israelitas huyeron de los trabajos forzados por cuenta del Estado a que los obligaba el Faraón Ramsés II. La travesía duró 40 años porque en medio de las penurias, se añoraron pequeñas comodidades como carne de pescado, ajos y cebollas (Números 11:1-6). La esclavitud puede tener sus compensaciones, y por eso la servidumbre puede ser voluntaria. Así los hebreos vacilaron y retrocedieron. Pero ya asentados en el país, una nueva generación experimentó la libertad bajo leyes justas, al menos por un tiempo, en medio de pueblos sometidos por crueles tiranías estatólatras.
2) Ciertas normas de los cinco primeros libros son religiosas, relativas a la adoración y culto. Otras son sólo morales, sin sanción expresa para el caso de su violación. Pero también hay leyes, casi todas con sus penas por incumplimiento, en las diversas ramas o disciplinas del jurídicas: derecho de familia y sucesiones, obligaciones y contratos, ley notarial y registral, penal y procesal, y desde luego Derecho Político (Deuteronomio 17).
3) Las normas claves son mandatos puramente negativos, como la mayoría de la lista de los 10 Mandamientos: p. ej. no tener dioses falsos, una garantía contra la adoración del Estado; y no matar, robar o codiciar, ni mentir, garantías de los reales derechos humanos a la vida, a la propiedad y a la verdad. (Éxodo 20 y Deuteronomio 5).
Algunas leyes corresponden a instituciones que no se avienen con los tiempos actuales, v.gr. la esclavitud, la condena penal del adulterio, y tal vez la pena de muerte. Pero para aplicarlas se establecieron otras instituciones cuyos principios sí son de validez universal, v.gr. dos: debido proceso y Gobierno limitado.
4) Debido proceso. Serán designados “jueces y oficiales de justicia” (Deuteronomio 16:18-20) y el proceso será con dos testigos y defensa. Sobre todo aplicando la pena de muerte, no en “linchamientos” populares, como era antes de estas leyes, las cuales fueron un progreso.
5) Gobierno limitado. Deuteronomio 17:16-20 dispone: “El rey no aumentará para sí caballos […] plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando se siente al trono de su reino, escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original al cuidado de los sacerdotes levitas. Y lo tendrá consigo, y leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios y guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra. Para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento para un lado o para otro; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en Israel”.
6) Deuteronomio 28 establece las bendiciones del Pacto: los buenos resultados por cumplir con las buenas leyes, en sus primeros 14 versos. Y los resultados malos por incumplirlas, en sus 54 restantes. Por eso los primeros Presidentes cristianos en EEUU tomaron posesión jurando sobre la Constitución de los EEUU, y sobre la Biblia abierta en este capítulo.
7) El libro de Josué narra la colonización y conquista de Canaán, hacia 1200 a.C. A partir del verso 30 el capítulo 8 describe la solemne lectura (y copia escrita) de toda la ley en el monte Ebal; pero especialmente Deuteronomio 28.
El Gobierno de los Jueces
8) Había jueces locales, de aldea y de tribu. Y nacionales: Débora, Gedeón, Sansón y otros, según el libro de ese nombre. Cada una de las 12 tribus tenía territorio propio, y tradiciones culturales, himno y bandera, costumbres particulares (y hasta un acento típico al hablar); por eso practicaron la autonomía y el federalismo “pactual”.
Un juez era reconocido en su aldea cuando las gentes y familias buscaban su protección (defensa y seguridad); le llevaban pleitos y asuntos a resolver (justicia); le encomendaban contratar la construcción de puentes y caminos (obras públicas), y para los gastos le pagaban sus diezmos (justicia contributiva: impuestos limitados, no excesivos, y planos, iguales para todos). Si lo hacía bien, el Juez adquiría prestigio, y de otras aldeas demandaban sus servicios, y su autoridad se ampliaba a toda la tribu, y era reputado como juez de tribu. Y si lo hacía bien, gentes de otras tribus requerían de sus servicios, su autoridad ganaba en extensión, y era reconocido como juez de Israel.
9) La confederación de las tribus fue una sociedad sin “Estado”, pero no sin Gobierno ni leyes. La reunión de los jueces constituía un Consejo, colegiado. El capítulo 9 del libro de Jueces comienza con Abimelec, caudillo en rebeldía contra el gobierno colegiado.
-- Alegó que “ser gobernado por uno es mejor que ser gobernado por setenta”. Liderazgo personalista y mesiánico, ¿le suena familiar?
-- Buscó apoyo en la turba étnica (tribalismo colectivista: “yo soy de vuestra propia sangre”), y “alquiló hombres ociosos y vagabundos que le siguieron” (¿suena conocido?) con una suma de dinero que obtuvo ¡de un templo! (¿No es eso una campaña electoral?)
-- Y sigue el capítulo 9 con la parábola de la zarza inútil, gran lección de Ciencia Política: si los emprendedores productivos se automarginan de la política, llegarán los Abimeleques con sus ociosos alquilados.
10) El Libro de Jueces termina así: “En aquella época aún no había rey en Israel, y cada quien hacía lo que bien le parecía.” (Jueces 21:25) Es un elogio a la libertad reinante, y no una queja por supuesta anarquía y un anhelo de caudillazgo, como malenseñan socialistas y estatistas.
Gobierno limitado no es anarquía: sociedad sin Gobierno. No es ningún “ideal” como sueñan los anarquistas de hoy, de izquierda y de derecha. Es la triste realidad cuando los gobiernos se extralimitan y se convierten en bandas de saqueadores, olvidando y pervirtiendo las leyes justas y decretando las malas, y así se impone la ley de la selva: la del más fuerte y poderoso.
11) Al libro de Jueces sigue el de Ruth, destacando las firmes conexiones entre propiedad privada y familia bajo la ley, y de ambas con la previsión social privada “para la viuda y el huérfano”.
12) En días de Samuel -años 1030 a 1010 a C.- los jueces se corrompieron. Pero en vez de cambiar de jueces, el pueblo quiso cambiar de sistema, y pasar al modelo de las demás naciones --una revolución-- con un “líder carismático” o Rey todopoderoso que les dirigiera. Entonces Dios advirtió que se les esclavizaría. I Samuel 8 es el Manifiesto Liberal más antiguo registrado. Inspirador de todas las luchas por la libertad política en la historia. Y es profético, vea Ud. la esclavitud hoy: la gente se afana día y noche trabajando para una improductiva y enorme clase política y su burocracia parasitaria, y a sus clientelas. Sin tiempo para nada.
“Y clamaréis aquel día en oración a causa de vuestro Rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día”. I Samuel 8:18: significa que las oraciones no bastan; hay que enmendar, corregir y reformar.
13) Hay otras numerosas advertencias contra los Gobiernos exaltados, excedidos en sus límites, v. gr. en los libros de Isaías, Jeremías y los otros Profetas escritores; y contra el pueblo que los enalteció o permitió. Las gentes descuidaron su vigilancia y los reyes abusaron de su poder, en contra de la Ley, por eso la nación israelita se debilitó y dividió (930 a. C.), fue conquistada y deportada.
14) Ya el libro de Génesis narra que el Emperador Nimrod fue castigado por querer hacer de Babel un imperio mundial estatista, y de su inmensa Torre un imponente símbolo de su poder (Génesis 10 y 11). Y dice que Abraham compró la cueva de Macpelá para la tumba de Sara a precio de mercado en vez de tomarla gratis (Génesis 23). Y que su hijo Isaac fue tan rico entre los filisteos que su riqueza les provocó a envidia (Génesis 26:14).
15) Y ello debe considerarse para interpretar a José. Como Premier de Egipto, dirige José una gran operación especulativa de compra de tierras por el Estado, y favorece así a su familia. (Génesis 41) No se puede decir de tal corruptela, usual en un país estatista, que la Biblia lo aprueba como norma general para los Gobiernos, ¡y sea ejemplo a seguir!
16) En el libro de Éxodo, Aarón y su hermano Moisés funcionan por separado como respectivos jefes de la iglesia y del gobierno, tal y como debieron hacer Samuel y Saúl. En II Crónicas 26:16 el rey Uzías de Judá, famoso por guerrero, quiso asumir el rol de un sacerdote, y por ello fue castigado y murió leproso. (En el Nuevo Testamento Caifás y Herodes son el Sumo Sacerdote y Rey, respectivamente). No se ve al gobierno metido en asuntos de iglesia. Ni de economía o negocios, en la medicina o en la caridad. Son funciones privadas.
17) Ni el Gobierno se entromete en la enseñanza. Deuteronomio 6:2-7 y 6:20-25 encarga la educación a padres y abuelos, no a los Gobiernos. Es el precepto hebreo “belimadten otam et benejem” (enseñarás a tus hijos y a sus hijos) muy comentado en el Talmud.
18) En Daniel 1, a los jóvenes nobles israelitas en la corte del rey Nabucodonosor de Babilonia, se les ofrecen regias becas en la enseñanza oficial, con viandas y lujos. Pero los prudentes jóvenes rechazan la oferta. Y no es sólo por preferir la comida kosher como nos enseñan ahora, sino la enseñanza de la Ley de Dios a la del gobierno sin límites según el modelo babilónico. En las edades posteriores las Sinagogas y las Yeshivás serán escuelas privadas de los judíos en todo el mundo; hasta hoy. Y de los cristianos, las Escuelas Dominicales, y las escuelas, liceos y universidades cristianas, privadas, sin fondos públicos.
19) La obligación de restituir la tierra a las familias cada 50 años es citada por los socialistas como una Reforma Agraria estatista. Pero el Jubileo (Levítico 25) no es para redistribuir la propiedad sino para proteger a la familia. Para conservar y recomponer o rehabilitar el patrimonio familiar, cuando ha sido desmembrado, cada 50 años las tierras retornaban al acervo de la familia, y así podía ser que pasaran de un rico a un pobre ¡o de un pobre a un rico!
20) Sobre el préstamo a interés hubo en la Edad Media mucha confusión, que retrasó varios siglos el desarrollo económico de Europa y el mundo. Para una comprensión inteligente del asunto, Deuteronomio 23:19-20 debe interpretarse conforme a otros pasajes sobre el tema, v.gr. Éxodo 22:25 y Levítico 25:35-37. Distinguen el crédito comercial del préstamo caritativo:
Para ayudar a una persona que ha sufrido un revés y caído la pobreza, no sirve darle una limosna o cantidad simbólica para salir del paso. Caridad es prestarle una suma significativa, a fin de que se recupere, y luego devuelva. Ese préstamo de beneficencia es el que no carga intereses, a diferencia del comercial o normal. La condena medieval del préstamo con intereses no salió de la Biblia, sino de la tesis sobre la esterilidad del dinero (“Pecunia non parit pecunia”) procedente de Aristóteles, que en eso se equivocó.
La Monarquía, o el Gobierno ilimitado
21) Saúl, primer Rey de Israel, gobernó entre 1020 a. C. y 1000 a. C. más o menos. Cuenta el libro I de Samuel que también Saúl se envaneció y pretendió usurpar las funciones del sacerdocio. Dios entonces ordenó a Samuel consagrar secretamente a David. Y Saúl, airado, enloqueció de envidia, y desesperado por sus continuas derrotas militares, se suicidó.
22) El rey David ofendió gravemente a Dios con un pecado sexual, y luego una muerte: II Samuel 11. Pero también con un censo: II Samuel 24, y Dios parece más ofendido con el censo, en relación. El censo es el medio para decretar impuestos, hacer la guerra y controlar a las gentes; sin embargo David parece no arrepentirse del censo, a diferencia de sus otros dos pecados.
23) II Samuel 15 en adelante narra una historia parecida a la de Abimelec, con Absalón hijo de David, demagogo que se ganó la simpatía de la turba ignorante. II Samuel 15:11, “Y fueron con él 200 hombres de Jerusalén convidados por él, los cuales iban en su sencillez, sin saber nada”. Simplones. ¡Como ahora!
24) En II Samuel 24 el Ángel del Señor manda a David comprar a un particular --Arauna el jebuseo-- el terreno para edificar el templo en lugar de confiscarlo, y David obedece.
25) No obstante sus debilidades y fallas, en general David respetó las reglas del Gobierno limitado, e Israel se engrandeció como nación. Luego, por 40 años reinó su hijo Salomón. Gracias a los frutos de las políticas del período anterior --¡otra lección de Economía Política!-- Israel tuvo gran prosperidad. Pero el libro de I Reyes cuenta que ya en la segunda mitad de su reinado, cayó Salomón en la pompa, la promiscuidad, la idolatría, el afán de poder y riquezas, y el olvido de la Ley. “Mandó a buscar caballos” y amontonó “el oro y la plata”.
26) En I Reyes 12 se cuenta del deseo del Rey Roboam de agrandarse a sí mismo y a su gobierno, incrementando los impuestos y las cargas al pueblo, en contra del principio de la justicia contributiva: impuestos justos son sólo para pagar los gastos estrictamente públicos, causados por las tres funciones gubernamentales propias.
Este episodio es crítico. Muchos pastores y predicadores hoy no lo entienden, y ven sólo los detalles, en este caso el mal consejo de los jóvenes. Pero la Biblia es clara: la división del reino y todas las desgracias de los judíos fueron por causa de la injusticia contributiva para enaltecer al gobierno central. Jeroboam encabezó la revuelta de los contribuyentes y el reino se dividió en dos: el Reino de Israel del Norte con capital en Samaria, y el de Reino de Judea en el Sur con capital en Jerusalem. Samaria cayó bajo la dominación asiria en 721 a. C.; y Judea resistió aún por casi un siglo y medio, y también cayó.
27) Jezabel, esposa del rey Acab de Judea, es una intrigante que incita a su marido a cometer un crimen alevoso: expropiar o estatizar la viña de Nabot (I Reyes 21). Ella era de Siria-Fenicia, un país sin leyes, donde los reyes hacían su antojo. Pero esos aún no eran los días más aciagos de Israel: todavía había leyes, y ella tuvo que tramar una farsa judicial para despojar de la empresa a su propietario.
28) El pasaje “Dios pone y quita reyes” (Daniel 2:21) alude a la Historia de la Salvación: la crónica de las intervenciones del Omnipotente con ese propósito divino. Pero en los ss. XVII a XIX esta frase fuera de su contexto se usó para legitimar el absolutismo de las los reyes coronados, y el supuesto deber consiguiente de obediencia ciega y acrítica a las autoridades políticas de turno; y ahora es igual con los Presidentes.
29) En los libros de Reyes y Crónicas desfilan muchos gobernantes crueles e impíos, pero encumbrados contra la voluntad del Altísimo, y por la voluntad del pueblo, cuya voz NO es la de Dios. El Dios que juzga a las naciones (Joel 3; Mateo 25:31-46) les permitió entronizarse para castigo de todos, ante la reiterada violación de Sus leyes por parte de las autoridades y de toda la nación entera, y para recordar a todos las malas consecuencias de semejante pecado.
Los libros de Isaías y Jeremías (y Lamentaciones, y el deuterocanónico de Baruc) incluyen reprensiones a los gobernantes abusivos que se exceden en su poder y atribuciones, y a los sacerdotes, profetas y pastores que les consienten.
30) Cualquiera sea la perspectiva escatológica --sobre el fin de los tiempos-- y la interpretación que Ud. prefiera de las profecías a futuro en el libro de Daniel, es evidente que en el sueño de Nabucodonosor (Daniel 2) y en la visión de las cuatro bestias (Daniel 7) se representan imperios mundiales estatistas, y que Dios no los ve con buenos ojos. ¡Se comparan con animales feroces y predadores! E igual es en Apocalipsis 13.
31) II Reyes 22 describe el modelo de Reforma: la del rey Josías. Por Hilcías (un sacerdote) y el escriba Safán (un intelectual) recuperaron la Ley, que estaba olvidada, perdida en el Templo. La leyeron y además la entendieron. Y la aplicaron. Pero no sólo la parte religiosa o de culto, como nos dicen, sino entera y completa, incluso las partes de la Torah sobre la Constitución, justicia contributiva, etc. ¡Las gentes no solamente oraron sino que se arrepintieron y desandaron sus malos caminos!
32) El hallazgo del libro de la ley en el templo impresionó al profeta Jeremías, en 15:16 se “come” el libro. Ezequiel nació cuando el libro fue encontrado: más o menos en el año 630 a.C., y en 3:1 se “come” el libro también. En Ezequiel se condena a los gobernantes que olvidan las leyes de Dios (caps. 11 y 20), a los falsos profetas (cap. 13), a los idólatras que les consultan (cap.14) y a los malos pastores (cap. 34).
Inteligencia, entendimiento y sabiduría
33) Los libros de Esdras y Nehemías son del período posterior al Exilio, cuando el pueblo retorna, hacia 530 a.C. Describen la reconstrucción del (segundo) Templo, de la ciudad y de la nación, también en base a toda la Ley de Dios, como cuando Josías. Nehemías era de la tribu de Judá, y su familia de Jerusalén, inteligente y buen conocedor de la Ley. El libro de Nehemías, gobernador de Judea, es la Memoria y Cuenta de un gobernante, a Dios. Un libro eminentemente político, tanto como los de Josué o Jueces.
34) Eclesiastés 9:13-15 pinta el caso del sabio ignoto. Hermosa leyenda, y muy verosímil. Una pequeña ciudad, cercada y sitiada por un poderoso caudillo guerrero con fuerte armamento, albergaba un hombre pobre e ínfimo, ignoto (de casi nadie conocido), “mas sin embargo sabio, y conocedor del camino de salida, que podría haber salvado la ciudad. ¡Pero nadie quiso escucharle!” ¿No es lo que ocurre hoy: pocos los enterados, y nadie quiere escucharles?
35) Dice el Salmo 32:9: “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento”. Los primeros capítulos del libro de Proverbios exhortan a cultivar los estudios y la inteligencia, como muchos otros pasajes bíblicos, y otros libros, llamados “sapienciales”: Job, Eclesiastés, y el Libro de la Sabiduría.
La Escritura es concluyente en pro del Gobierno limitado: “No confiéis en los príncipes” dice el Salmo 146:3. Pero para entender bien la Palabra de Dios, el creyente debe pensar. La fe no contradice a la razón; sí el “misticismo”, que es ajeno a la Biblia y a la tradición bíblica. Ser devoto no se contradice con ser pensante, al contrario. Creer es tener fe, pero hay buenas razones para creer.
36) El Salmo 149 exhorta a la alabanza y al cántico, como muchos otros. Pero termina así: “Exalten a Dios con sus gargantas, y espadas de dos filos en sus manos, para ejecutar venganza entre las naciones, y castigo entre los pueblos; para aprisionar a sus reyes con grillos, y a sus nobles con cadenas de hierro; para ejecutar en ellos el juicio decretado; Gloria será esto para todos sus santos. Aleluya” (Salmo 149:6-9).
¿No luce antiestatista, y hasta subversivo esto de “aprisionar a los reyes con grillos y a sus nobles con cadenas”? Por pasajes como este la Biblia es el antídoto eficaz contra el socialismo y toda forma de estatismo y abuso gubernamental. De costa a costa hay en los EEUU hay una franja geográfica que se conoce como “Bible Belt” (cinturón bíblico). Leyendo estos pasajes tan claros en su contenido antiautoritario, ¿cómo asombrarse de que allí no entrara el New Deal en los ‘30 ni el kennedysmo en los ‘60?
37) Oseas 4:6 se cita incompleto. Dice: “Mi pueblo pereció por falta de conocimiento”. Y ya, fin de la cita, como si la causa de las desgracias populares fuese falta de conocimiento de Ciencia Política, estadísticas, Economía, etc.; que no es despreciable, si es ciencia verdadera. Pero Oseas es más específico: habla de falta de ciencia y conocimiento “de la Ley de Dios”.
38) Entre los libros deuterocanónicos (mal llamados apócrifos) hay uno llamado Sirácida o Eclesiástico. El capítulo 38 (24-34) trae un largo, bello y profundo poema dedicado al trabajo. Compara el trabajo manual de los obreros, artesanos y jornaleros, con el trabajo intelectual de los sabios, estudiosos y doctos, insistiendo que el primero no es inferior al segundo.
Mayordomía y Prosperidad
39) El Libro de Proverbios trae consejos sobre administración y negocios (“Mayordomía”), asumiendo que el buen sentido y la sabiduría son para emplearse tanto en asuntos públicos como privados. Advierte p. ej. sobre contraer empréstitos de modo irresponsable (esto es: más allá de la propia capacidad de endeudamiento, tomando en cuenta los ingresos razonablemente previsibles). Y las enseñanzas sobre Gobierno Limitado y Mayordomía se complementan:
-- Aún bajo un Gobierno Limitado, todo agente económico --sea obrero, estudiante, empresario o pensionado-- debe ser previsivo y cuidadoso en sus cálculos, puntual y diligente, honesto en sus tratos, y en el cumplimiento de sus promesas y acuerdos. De lo contrario no va a prosperar, aún con un Gobierno impecablemente limitado, al cual no debe culpar por su propia torpeza.
-- Pero lo opuesto es verdad también: los Gobiernos estatistas no deben culpar a empresarios o trabajadores por las consecuencias de sus propias malas políticas. Y un agente privado aunque sea preciso en sus cálculos, empeñoso y trabajador honesto y cumplido, va a fracasar si el Gobierno es acaparador y atropellador, ligero en sus cálculos, deshonesto en sus tratos, incumplidor de promesas y acuerdos, indolente en sus actividades propias, y usurpador de las ajenas. El ambiente será así empobrecido, y los mercados deprimidos. Con escasísimo poder adquisitivo en las gentes, ¿quién hace ventas? ¿quién prospera sirviendo?
La “Teología de la Prosperidad” de hoy, raras veces considera la enseñanza sobre Mayordomía, y jamás la del Gobierno limitado. Cierto que para esta Teología prosperitaria es una bendición la riqueza; pero la Biblia no dice que surge por “decretos” u otros medios mágicos como creen los místicos, sino con Gobierno Limitado y Mayordomía. La magia es típica de la religión falsa: la religión verdadera y revelada manda al hombre a hacer la voluntad de Dios; en cambio la religión falsa e inventada pretende lo contrario: mandar a Dios a hacer la voluntad del hombre.
¿Y qué dice el Nuevo Testamento?
Hay menos enseñanza política, por la simple razón de que ya está expuesta en al Antiguo. Pero no se contradicen uno y otro.
1) Los cristianos sabemos que nuestras vidas personales y familiares deben ser renovadas y reformadas conforme a la Palabra de Dios. Pero renovación y reformas también necesitan la educación, las empresas y la economía, la política: la sociedad en general. Necesitan amoldarse a principios y leyes conforme a la justicia y a la sabiduría de Dios. Y eso es construir el Reino de Dios (“de los Cielos” le llama el primer Evangelio, de Mateo, porque los judíos no pronunciaban el santo nombre de Dios).
Construir el Reino es la tarea pendiente que Cristo nos encomendó a los cristianos para esta vida. Y lo hizo por medio de unas parábolas que enseñan los principios del Reino.
-- En Mateo 24 se nos recuerda nuestra responsabilidad: se nos dice a los cristianos que vamos a ser juzgados conforme hagamos o no la tarea. Y no se alude al infierno, sino a los premios y recompensas que vamos o no a tener, según seamos o no fieles a la encomienda.
-- En Mateo 25 Jesús cuenta la parábola de las diez vírgenes, sobre estar preparados; es decir: ocupados haciendo la tarea.
-- La parábola de los talentos, Mateo 25:14-30, con respeto y salvando las distancias, puede compararse con las lecciones de Mises, von Hayek, Schumpeter, Milton y Rose Friedman y Cía. ¿Hay mejor apología del capitalismo que la parábola de los talentos?
-- La parte sobre solidaridad e insolidaridad (“tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”) viene luego de la parábola de los talentos, sobre buenas y malas inversiones. Es obvio: la solidaridad ha de seguir a la productividad. Sin producción no hay riqueza, ¿de dónde va a salir el dinero para solidaridad?
Por otra parte, la caridad no es la única forma de ser solidarios. Un capitalista que invierte produce muchos bienes y servicios para el mercado, y crea muchos empleos. ¿No es solidario? Después de todo, los fabricantes de ropa y calzado, ¿no visten y calzan a los desnudos? Y los productores y vendedores de alimentos ¿no dan de comer a los hambrientos? Las cadenas hoteleras, ¿no dan alojamiento a los viajeros?
2) “Mi Reino no es de este mundo” (Juan 18:36) porque procede de lo Alto; es “para” este mundo. No obstante el pasaje se cita hoy en apoyo de la idea contraria: que este mundo tiene derecho a darse sus propias leyes, independiente de Dios.
Pero este mundo es creación de Dios, quien le dio sus leyes, naturales (como las de la Economía) y positivas (resumidas en el Decálogo), en perfecta armonía unas con otras, para su bien y no para su mal. Al contrario: el mal en el mundo es resultado de la desobediencia a la ley revelada, de la religión del humanismo secular, del hombre rebelde que se da a sí mismo su propia ley positiva, de espaldas a su Creador y a sus leyes naturales, como las del mercado.
3) “Al César lo que es del César” (Mateo 22:21) significa dar al Estado lo suyo; ¡pero no más! La justicia contributiva exige impuestos limitados (I Reyes 12), bien sean colectados para las autoridades judías (el Antiguo Testamento) o romanas (el Nuevo). Aunque el dicho se cita hoy para justificar lo opuesto: dar al César cualquier cosa que se le antoje reclamar como propia: impuestos, comercio e industria, educación, trabajo, medicina, seguros, etc. Eso es cesarismo; y es anticristiano.
4) El principio de justicia contributiva es expresado por Juan el Bautista en Lucas capítulo 3:12-13 “Llegaron unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? El les dijo: No exigir más de lo ordenado”. Alude a la Torah; es contra los impuestos excesivos, no es contra la “mordida” como interpretan los estatistas.
5) ¿Y el episodio del joven “rico”? Según Mateo 19:26, el joven desde niño conocía y seguía los mandatos de la moral y de la justicia según la Ley; por eso era rico. Era un observante. Lo que Jesús le enseñó fue que eso no le servía para ganar la vida eterna; y a no apegarse a la riqueza. No le dijo que ser rico es malo, sino el apego desordenado y el amor a la riqueza (como al poder); y sobre todo: que la salvación no es por obras.
6) Raras veces se mencionan enseñanzas netamente antisocialistas, v. gr. en Juan 12 se ve a Judas tomando a los pobres como pretexto para robar de la bolsa del grupo que guardaba como tesorero (Juan 12:6). Es la mejor definición de socialismo en la práctica: abultar el tesoro colectivo con dinero “para los pobres” que al final es para robar sus tesoreros, gerentes y administradores. El primer socialista de los Evangelios no es Jesús sino Judas Iscariote.
7) Sigue Juan 12:8 con la respuesta de Jesús al comunismo: “Pobres siempre habrá entre vosotros”; pero no dice que siempre serán la inmensa mayoría. Lo que Jesús tiene en mente es la Ley constitucional de la Torah. En un gobierno limitado, la clase media era mayor en número que los ricos y los pobres sumados. De tal modo los pobres estaban a cargo de sus familias, y en su defecto de la asistencia privada; y se preservaba el orden social y la estabilidad política, como quería Aristóteles, que en eso no se equivocó.
8) El publicano Zaqueo (Lucas 19) no devuelve dinero propio sino del “saqueo”. “Publicanos” eran los colectores, tenidos como los peores y más extremos transgresores, al nivel de las rameras según Mateo, ex publicano arrepentido y convertido (Mateo 9:9). Y no sólo por colectar para Roma, porque el impuesto excesivo ya era pecado en el Antiguo Testamento. El episodio de Zaqueo es una revuelta de contribuyentes como la de Jeroboam; y en la España medieval muchas sublevaciones de “pecheros” invocaron el precedente de Lucas 19.
9) En Juan 2:13-17, se ve a Jesús sacando a latigazos del Templo a unos vendedores, mas no por hacer un mero comercio --como dicen los socialistas-- sino por comerciar con la religión. Eran los mercaderes religiosos, los pastores y “líderes” que se enriquecen pretendiendo vender por dinero los dones de Dios.
10) Es el pecado de “simonía”, así llamado por Simón el Mago, gnóstico de Samaria. En Hechos 8:9-25 se informa que este Simón ofreció a Pedro y a Juan comprarles el poder de transmitir el Espíritu Santo. Se nos dice que Simón se arrepintió. Pero no tal vez sus “clientes”. El pecado de simonía no es sólo de quien pretende vender sino también de quien pretende comprar con su dinero los dones de Dios: los feligreses “aprovechados”.
Y es que los malos a menudo tienen a Dios en los labios. Pero sólo en los labios. Dice el Salmo 50:16-17 “Al malvado dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes y tomar mi pacto en tu boca, siendo que tú aborreces la corrección, y te echas a tu espalda mis palabras?”
11) Y Jesús en Mateo 7:21-23: “No todos los que me dicen Señor, Señor entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que hacen la voluntad de mi Padre”. Que es la Ley del Padre: Teonomía. “Muchos me dirán entonces Señor Señor, ¿acaso no profetizamos en tu nombre? ¿en tu nombre no echamos demonios e hicimos milagros? A estos diré: Jamás os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
12) Jesús no fue un agitador, pero al rey Herodes le llamó “zorra” (Lucas 13:32). Y a los fariseos les dijo “falsos e hipócritas”, y “víboras” (Mateo 23). Y en su cara que “las prostitutas y los publicanos les precederán en el Reino de los Cielos” (Mateo 21:31).
En los Evangelios, el carpintero y Rabbi (Maestro) Jesús de Nazareth casi siempre enseña; pero no siempre sobre cosas “puramente espirituales” como creen los místicos. Sobre muchos y diversos asuntos como la productividad, y la caridad y el amor, la justicia y la verdad, el adulterio, el diezmo y los impuestos, etc. Y negocios y política, matrimonio y ayuno.
Y acerca del Padre de los israelitas Abraham. Y sobre el Reino de Dios, la Salvación y el Mesías prometido. Y la Ley de Moisés, y sus 613 mandamientos: 365 negativos, uno para cada día del año, y 248 positivos, uno para cada hueso y órgano del cuerpo, dicen los judíos, resaltando que la Ley es integral: para todo el hombre, espíritu, alma y cuerpo, e individuo, familia y sociedad. Y sobre su cumplimiento o incumplimiento. Sobre las diversas interpretaciones de las Escrituras y la Tradición Oral y sus formalidades. Sobre los Profetas y el Apocalipsis de los días postreros y la resurrección. De todas estas materias enseñó Jesús. Y se involucró en discusiones y controversias.
Jesús polemiza. Con los aristocráticos sacerdotes del Templo, saduceos la mayoría y fariseos la minoría. Con los estrictos y santurrones fariseos, y con los Escribas y Doctores de la Ley -los otros rabbis- casi todos de ese partido. Con los hedonistas y acomodaticios saduceos, mundanos y comprometidos con el cesarismo. Con los revolucionarios zelotes, fanáticos políticos anti-Roma y mundanos de izquierda. Y con los esenios, fanáticos religiosos y escapistas del mundo. Las enseñanzas de Jesús no se comprenden sin el contexto de las distintas creencias y convicciones de estos grupos --saduceos y fariseos, zelotes y esenios-- categorías que se prolongan hasta el mundo judío de hoy. Y el mundo cristiano.
13) ¿Y sus Apóstoles? ¿Eran controversiales? En Hechos 15, Lucas cuenta de tremendo altercado entre los dos mayores, Pedro y Pablo: la controversia judaizante. ¡Airado estaba Pablo con los judíos que demandaban circuncidarse a los gentiles! Y a las iglesias gentiles escribe cartas --¡muy polémicas!-- donde les amonesta sobre diversos errores doctrinales, confusiones y malas conductas, como a las de Galacia y Corinto. E igual las de los discípulos directos de Jesús: Pedro, Juan y Santiago.
14) La de Judas comienza así: “pese a la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me es necesario escribiros para exhortaros a que contendáis con ardor por la fe que una vez fue dada a los santos” (Judas 3).
¿Y la Historia de 20 siglos de Iglesia Cristiana? ¿No es en buena parte una larga sucesión de controversias …?
15) El cap. 5 de Hechos describe a los judíos cristianos vendiendo sus posesiones, y entre ellos Ananías y Séfora, otro episodio siempre citado a favor del socialismo. Pero la lección de Pedro no es contra la propiedad privada, sino acerca de no mentir.
¿Y por qué los judíos cristianos de Jerusalén vendían lo suyo a los no cristianos? No por ser comunistas, sino porque avizoraban la inminente invasión romana, el juicio de Dios sobre la ciudad. “La Gran Tribulación” que Jesús profetizó en Mateo 24, el castigo a Israel por su rechazo al Mesías. Señal del fin del Viejo Pacto, de la dispensación judía; pero no el fin del mundo. En el año 70 dC., las legiones romanas conquistaron Judea y entraron en el Lugar Santísimo del Templo desplegando sus estandartes rojos: un escándalo, la “gran abominación”.
16) Y a los primeros cristianos de Judea que practicaron el comunismo de bienes no les fue bien. Tanto se empobrecieron, que Pablo tuvo que organizarles una colecta (I Corintios 16). Y a los de Tesalónica seducía el socialismo porque les gustaba vivir del trabajo de los demás; y Pablo les amonesta con el segundo principio cardinal del capitalismo: “El que no trabaja, no come” (II Tesalonicenses 3:10).
17) En el cap. 13 de su Carta a los cristianos de Roma, Pablo recomienda obedecer a las autoridades (y a Timoteo, orar por ellas). Estos son pasajes que con frecuencia citan los socialistas cristianos en apoyo de la obediencia ciega al Estado. Pero la obediencia cristiana a los gobernantes no es incondicional, sino en cuanto las autoridades guarden sus límites. Pablo, el firmante mismo de la carta, desobedeció a las autoridades establecidas, y por ello fue condenado, no a multas sino a prisión y a muerte. Y también muchos destinatarios de su Epístola.
18) El párrafo completo de I Timoteo 2:2, que manda orar por los reyes y autoridades, dice que ellas “están en eminencia para que vivamos quieta y reposadamente”. (“En paz y tranquilos” dicen otras traducciones). O sea: que el gobierno existe y cobra impuestos para brindar seguridad y administrar justicia. Gobierno limitado.
19) Sigue I Timoteo 2:4 diciendo que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. La verdad acerca de la Salvación es parte de la verdad, la más importante para el hombre, pero no toda la verdad. “No he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” dice Pablo en Mileto (Hechos 20:27). No sólo una u otra parte sino toda Palabra de Dios, entera, sin excluir el consejo político. Y Pedro en su segunda carta, después de recomendar la práctica de la virtud, manda agregar conocimiento: “Poniendo todo empeño, añadid a vuestra fe, virtud; y a la virtud, conocimiento”. (II Pedro 1:4-5)
20) Santiago reprende a los ricos en el capítulo 5 de su Carta, muy citado por los socialistas. Pero lo que se condena en ese y otros pasajes --parábola del rico y el mendigo Lázaro, Lucas 16:19-31-- no es la riqueza sino el amor a la riqueza. La Palabra del Dios “de Abraham, Isaac y Jacob” --tres ricos multimillonarios-- no condena la riqueza en sí misma, ni siquiera cuando es mucha; sí condena el robo y la envidia. Y el apego.
21) La caridad es deber moral, no político: la espada no es para redistribución. Y la caridad tiene límites: en sus Epístolas a los Tesalonicenses Pablo destaca que vive de su trabajo “para no ser a nadie gravoso” (I Tes 2:9) y manda “amonestar a los ociosos” (I Tes 5:14) porque “no comimos de balde el pan de nadie” (II Tes 3:8).
22) Sobre la profecía escatológica de Apocalipsis hay distintas escuelas interpretativas. Sin embargo, y aparte la profecía, es claro que desde los días de Génesis y el Imperio de Babel con su Torre, pasando por Daniel, Dios no ha cambiado su opinión contraria a las grandes bestias: el cesarismo judío aliado al imperio romano (Apocalipsis 13) o cualquier imperio mundial que pretenda unificar a todas las naciones bajo un Estado mundial con una religión mundial. (Apocalipsis 17).
23) “Motivados por su avaricia, harán mercancía de vosotros con mentiras” dice II Pedro 2. La bolsa de las iglesias no es para sufragar los gastos de los pastores solamente, sino también para el servicio de culto, y para “las viudas y huérfanos”: la obra social. No debe hacerse del Evangelio un negocio, y torcer la doctrina, enseñando aquello que la gente quiere escuchar, y paga por escuchar.
Pero Ud. tal vez se pregunte, ¿entonces la Biblia puede interpretarse de distintas formas? Pues así es, y ha sido por siglos. Pero de interpretaciones distintas puede ser objeto cualquier texto, sobre todo si es antiguo, p. ej. de Homero, Cicerón, Horacio o Virgilio. La multiplicidad de interpretaciones es inevitable.
24) ¿Y puede malinterpretarse? Sí. Pero tanto así como hay hermenéuticas torcidas, también están las verdaderas, que se ajustan al lenguaje, y al contexto inmediato y mediato. Y las que ejercen violencia al texto, y tendenciosas e interesadas, y muy arbitrarias y caprichosas, y hasta fantasiosas. Cualquier texto se puede interpretar mal, adrede o por error; y con la Biblia siempre ha ocurrido: en Mateo 4:6 el viejo Satanás cita el salmo 91:11-12 descontextualizado. En Génesis 3:1 también cita torcidamente la Palabra que Dios había dado a Eva y Adán.
Nadie dijo que la Biblia es un libro fácil; o que es fácil distinguir en cada caso entre unas y otras interpretaciones. Hay interpretaciones falsas; y las hay que se ajustan a la verdad. Ud. puede investigar y juzgar, como los cristianos de Berea (Hechos 17:10-15).
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